El 07 de Noviembre de 1.938 -hace más de 70 años- la actividad bélica en España se centraba en la batalla del Ebro.
Sin relación alguna con esa batalla un destacamento de la aviación del frente poular (que integraba al PSOE) se encaminó hacia la población cordobesa de Cabra. Sus órdenes, su misión no eran la de atacar un objetivo militar. Eran la de descargar su ira sobre una población indefensa.
El bombardeo cuasó la muerte de mujeres ancianos y niños. Los hombres -obviamente- se encontraban en filas, en la guerra, y el frente poular (el PSOE) lo sabía -también obviamente-.
El cómputo fué de mas de 100 victimas. Una cifra similar a la de Guernica.
Pero Cabra no tuvo un Picasso que la pintara; ni tampoco el mando nacional, ocupado en ganar la guerra, utilizó propagandisticamente aquellos asesinatos.
A diferencia del gobierno autónómico vasco, que reconoció el bombardeo de Guernica, ni el gobierno autonómico andaluz ni el gobierno de Zapatero -ambos del PSOE- han reconocido el bombardeo de Cabra ni recordado a las víctimas de tan brutales asesinatos.
Tampoco han exigido a Rusia que pida perdón por proporcionar los aparatos para llevar a cabo aquellos asesinatos.
Tampoco esos propagandistas disfrazados de historiadores, han recordado que a diferencia de Guernica, Cabra no tenía una fábrica de armas, ni estaba en la zona del frente en medio de una ofensiva que explicara el bombardeo.
Tampoco, a pesar de que ya han pasado siete décadas, ningún pintor, escritor o escultor han levantado un recuerdo artístico a las victimas del bombardeo republicano de Cabra.
Tampoco se ha proyectado en ninguna cadena un documental que recuerde aquel acto de barbarie carente de justificación militar.
Mucho menos se ha excrado al doctor Negrín -del PSOE y primer ministro- que entonces era el responsable de la dirección del frente popular.
Ni siquiera - a pesar de haber nacido en Cabra - la ex-ministar de Cultura (del PSOE) Carmen Calvo a recordado a aquellas víctimas, cuyos descendientes sin duda conoce.